En reunión clínica, Dr. Alfredo Núñez a raíz de que el 26 de marzo se conmemora el día mundial de esta patología, que causa la muerte de dos mujeres por día en Chile.

Esta mañana en la Reunión Clínica de INC se abordó una actualización en prevención del cáncer cérvico uterino, a cargo del ginecooncólogo del INC, Dr. Alfredo Núñez.

En la presentación destacó que este es el tercer cáncer más común en las mujeres en todo el mundo. Cada año se detectan más de 500 mil nuevos casos y 270 mil muertes relacionadas a esta enfermedad, mientras que, en Chile, dos pacientes mueren al día.

Más del 99% de los cánceres cervicouterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH), infección que se trasmite por contacto sexual y que puede ser asintomática. Es por esto que el desarrollo de cáncer de cuello uterino es uno de los pocos que se puede prevenir casi en el 100% de los casos, es decir, antes de que la mujer lo desarrolle. Esto, a través de vacunas que previenen la infección por virus (actualmente parte del Programa Nacional de Vacunas), exámenes preventivos como el PAP, que identifica lesiones precancerosas, y el Test de VPH que permite identificar a las pacientes portadoras de los subtipos de VPH de mayor riesgo oncogénico que son el 16 y 18, responsables de un 70% del cáncer.

De hecho el test de detección del Virus del Papiloma Humano (“Test VPH”) es una prueba diagnóstica, de biología molecular, que permite a los especialistas identificar si la mujer es portadora del virus y conocer con precisión el riesgo de que una infección se convierta en cáncer, para poder tomar decisiones sobre su tratamiento de manera oportuna. Esto hace posible conocer con precisión el riesgo de que una infección se convierta en cáncer, con el fin de tomar decisiones sobre el tratamiento de manera oportuna.

El ginecooncólogo del INC, Dr. Alfredo Núñez explica que las tasas de supervivencia difieren de forma sustancial según la fase en que se detecte la enfermedad: tras un diagnóstico en el estadio inicial se calcula que el 90% sobrevive al cabo de cinco años, pero la cifra baja al 15-20% cuando existe metástasis.

INC – Hospital San José y test de VPH

Desde 2018, el Instituto Nacional del Cáncer y el Hospital San José con ocasión de esta fecha implementaron un programa piloto de uso de examen de detección de Virus Papiloma en pacientes atendidas en unidad de patología cervical con el objetivo de identificar aquellas con mayor riesgo de desarrollar cáncer y así priorizarlas en su atención oportuna, logrando una optimización de recursos.

Esta experiencia se ha desarrollado desde el año pasado y se continuará durante este año con la realización gratuita de 400 test de VPH a mujeres con PAP alterado, con domicilio en área norte y beneficiarias de Fonasa.

Para dar a conocer algunos de los resultados hasta el momento el 81,7% dio positivo para infección por VPH de alto riesgo y de esas:

  • 44% resultaron positivas para VPH 16 (más co-infección con otros VPH de alto riesgo).
  • 7,6% fueron positivas para VPH 18 (más co-infección con otros VPH de alto riesgo).
  • 47,69% resultaron positivas para otros VPH de alto riesgo (no 16, no 18).

Cobertura PAP cerca de 60%

Como parte del Programa de Cáncer Cervicouterino se realizan importantes esfuerzos para lograr cada día una mayor cobertura del PAP. Hoy aproximadamente un 58% de la población beneficiada (mujeres entre 25 y 64 años) en el sistema público se realizan esta prueba y se espera que con los próximos pasos se genere mayor conciencia de la importancia de estar atentas a la salud.

Se estima que cada año se diagnostica más de medio millón de tumores de cérvix y se producen más de 260.000 muertes, siendo la cuarta causa de fallecimiento por cáncer en las mujeres. Las áreas de mayor incidencia y mortalidad corresponden a los países menos desarrollados: Latinoamérica, África y Sudeste Asiático.

En Chile, las cifras dan cuenta de que mueren diariamente alrededor de dos mujeres por cáncer cervicouterino, enfermedad que se puede prevenir casi en la totalidad de los casos si se detecta a tiempo la presencia del virus del papiloma humano (VPH), el cual se transmite por contacto sexual.

Células crecen de manera descontrolada

El cáncer cervical, también llamado cáncer de cérvix o cáncer del cuello del útero, incluye los tumores malignos que se desarrollan en la porción fibromuscular inferior del útero que se proyectan en la vagina. Se produce cuando las células normales del cuello del útero empiezan a transformarse y crecen de manera descontrolada.

La infección viral por HPV se produce de preferencia en mujeres al final de la adolescencia y hasta la mitad de los 30 años.

En este cáncer resulta fundamental hacerse las pruebas de detección para encontrar lesiones pre-cancerosas antes de que se conviertan en tumores invasivos. Existen dos pruebas:

  • Papanicolaou (PAP). Procedimiento que se puede realizar durante un examen pélvico, en el que se obtienen células del cuello uterino con el fin de observarlas con un microscopio y así detectar si hay cáncer o lesiones precancerosas.
  • Virus de papiloma humano (VPH). Se suele realizar con la misma muestra extraída para la prueba de Papanicolau y sirve para detectar el virus VPH, causante de esta patología.

Entre las medidas de prevención de lesiones pre-cancerosas destacan no fumar, el uso de preservativos durante las relaciones sexuales y la vacunación.

En los últimos 20 años, el Papanicolau (PAP) ha sido una buena herramienta para ayudar a disminuir la mortalidad por cáncer cervicouterino. Sin embargo, esto no es suficiente, ya que siguen muriendo pacientes aun teniendo su examen de rutina normal. La buena noticia es que en la actualidad esta enfermedad es prevenible. El Test VPH detecta el material genético del virus del papiloma humano en la muestra de la paciente, permitiendo identificar si está presente y si corresponde a un virus de alto o bajo riesgo oncogénico.

Síntomas

A pesar de que las lesiones previas y el mismo cáncer en estadios iniciales no suelen presentar síntomas, cuando la enfermedad ha progresado es posible observar:

  • Manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación.
  • Dolor al mantener relaciones sexuales.
  • Tener un sangrado menstrual más largo y abundante de lo normal.
  • Sangrar después del coito o durante el examen pélvico en la consulta del ginecólogo.
  • Aumento de la secreción vaginal.
  • Sangrar después de la menopausia.
  • Infección vaginal persistente.

Estos síntomas pueden ser causados por otra causa diferente al cáncer por lo que es muy importante, si aparecen, consultar a su médico ginecólogo.