- Enfermedad prevenible en casi un 100% de los casos.
- Alrededor de 99% son causados por el virus del papiloma humano (VPH).
- Hombres y mujeres pueden contraer el virus VPH.
En Chile, en el 2020, según los datos de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC, International Agency For Research On Cancer) el cáncer cérvico uterino tuvo una incidencia de 14,9 casos por cada 100.000 habitantes (total 665.069 casos) y una mortalidad de 7,5 seres humanos por cada 100.000 habitantes (total 374.212).
Estas cifras dan cuenta de que mueren diariamente alrededor de dos mujeres por cáncer cervicouterino, enfermedad que se puede prevenir casi en la totalidad de los casos si se detecta a tiempo, ya sea por citología (Prueba de Papanicolaou) o identificando la presencia del virus del papiloma humano (VPH), agente causal de la enfermedad.
La prevención de este cáncer es posible y es por este motivo que el Ministerio de Salud (MINSAL) con el objetivo de proteger a las mujeres implementó en el año 2014 que las niñas de 4° básico tuvieran una primera dosis y en 5° básico una segunda de la vacuna contra el VPH, y desde el año 2019 se sumaron los niños de la misma edad.
Como complemento al clásico Papanicolaou (PAP), en el último tiempo se ha implementado el test del VPH, capaz de detectar el virus que provoca esta enfermedad en el 99% de los casos. La toma de esta muestra es muy parecida a la del PAP y consiste en estudiar células existentes en el cuello uterino. De esta manera se puede identificar en la población general aquellas mujeres que tienen un mayor riesgo de presentar esta enfermedad.
¿Qué es y cómo se transmite el VPH?
“Alrededor de un 99% de los cánceres cervicouterino son causados por el virus del papiloma humano (VPH) infección que se trasmite por contacto sexual y que puede ser asintomática. Es por esto que el desarrollo de cáncer de cuello uterino es uno de los pocos que se puede prevenir casi en el 100% de los casos, es decir, antes de que la mujer lo desarrolle”, explica el Dr. Alfredo Núñez, ginecólogo del equipo de cirugía gineco oncológica del Instituto Nacional del Cáncer.
Lo anterior se logra mediante vacunas que previenen la infección por virus (actualmente parte del Programa Nacional de Vacunas), exámenes preventivos como el PAP que identifica lesiones precancerosas, y el Test de VPH que permite identificar a las pacientes portadoras de los subtipos de VPH de mayor riesgo oncogénico (siendo 16 y 18 los principales).
De hecho, el test de detección del Virus del Papiloma Humano es una prueba diagnóstica, realizada mediante biología molecular que permite a los especialistas identificar si la mujer es portadora del virus y conocer con precisión el riesgo de que una infección se convierta en cáncer, para poder tomar decisiones sobre su tratamiento de manera oportuna.
Cualquier persona que alguna vez haya tenido contacto genital con otra puede estar infectado con el VPH. El Dr. Alfredo Núñez menciona: “Los hombres y mujeres pueden contraer el virus y contagiarlo sin ellos saberlo. Alrededor del 75% de la población tiene una infección por HPV durante su vida. El 90% de las personas presentará la infección de manera transitoria y lo eliminará en 12 a 24 meses sin desarrollar cáncer”.
Agrega que si bien la mayoría de las infecciones por este virus son eliminadas por el sistema inmune, existen casos en que las mujeres pueden sufrir infecciones persistentes y desarrollar cáncer debido a transformaciones en las células del cuello del útero. Por esa razón, la realización de exámenes rutinarios es vital para identificar el riesgo.
Tiene más probabilidades de infectarse con el VPH si:
- Tuvo relaciones sexuales siendo muy joven.
- Tiene muchas parejas sexuales.
- Tiene una pareja sexual que ha tenido muchas parejas.
A pesar de que las lesiones previas y el mismo cáncer en estadios iniciales no suelen presentar síntomas cuando la enfermedad ha progresado es posible observar:
- Manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación.
- Dolor al mantener relaciones sexuales.
- Tener un sangrado menstrual más largo y abundante de lo normal.
- Sangrar con la actividad sexual.
- Aumento de la secreción vaginal.
- Sangrado después de la menopausia.
Estos síntomas pueden tener otra causa diferente al cáncer por lo que es muy importante si aparecen consultar a su médico ginecólogo y continuar tratamiento con un especialista.