Reposo relativo es una indicación que se entrega a los pacientes en determinados tratamientos, pero, ¿qué significa realmente? o evitar movimientos repetitivos, ¿qué significa en la práctica?
Dichas indicaciones que parecen simples no siempre vienen con una explicación, debido a ello muchos pacientes en tratamientos oncológicos se ven limitados más de lo necesario.
Para orientar y apoyar a los pacientes en mantener sus actividades diarias los terapeutas ocupacionales del Incáncer, Marisol Nahum y Sebastién Sepúlveda, trabajan con los pacientes y sus familias de forma personalizada.
“Al mes atendemos alrededor de 300 pacientes, entre ambulatorios y hospitalizados, son pacientes con cáncer de mama, cabeza y cuello, mieloma múltiple, melanoma y sarcoma, generalmente también tienen otras comorbilidades como diabetes, artritis, artrosis, hipertensión y ACV”, explica Marisol.
“Le enseñamos a las personas a dosificar la energía en el día, es decir, no hacer todo de una vez, a hacer pausas, hacer rutinas o modificaciones en éstas, ya que, cuando se limita a los pacientes se deprimen porque no pueden hacer las cosas que disfrutaban”.
“Hay personas que no pueden vestirse, o necesitan trabajar su lado izquierdo cuando toda la vida han sido diestras. En esos casos adaptamos el cepillo de dientes, la peineta o los cubiertos, el objetivo es que las personas puedan seguir haciendo sus actividades con la menor cantidad de barreras posible”.
“A veces se tiene la idea de que los pacientes vienen aquí a jugar”, agrega Sebastien, “jugamos a los naipes, escuchamos música y hacemos actividades para estimular el área cognitiva”.
“También trabajamos con pacientes con movilidad reducida, ellos pueden quedarse aislados dentro de la casa y dejan de relacionarse con su familia. Hay modificaciones que se pueden hacer”.
¿Qué es lo que más les gusta de su trabajo?
Lo más gratificante es el agradecimiento de las personas, son muy cariñosos. Ver a los pacientes felices y que se van contentos, acá echamos la talla y nos dicen que les gusta venir porque es un ambiente diferente y lo pasan bien.
Nos gusta mucho nuestro trabajo, pero también sufrimos con los pacientes, porque se genera un vínculo con ellos.